miércoles, 30 de junio de 2021

Sauerkraut prog: ' Weed...!' por Weed (1971)

Al mismo tiempo que trabajaba con Uriah Heep, Ken Hensley tuvo un proyecto alterno llamado Weed que sacó sólo su álbum debut y eso fue todo. Leí opiniones del público general hispanohablante, y he visto que a muchos se les hace muy genérico, y hasta medio prescindible. Pues me pegarán, o simplemente no coincidirán conmigo, pero a mí me parece una joya de álbum. Es como si Uriah Heep tuviese un álbum oculto, de calidad Look at yourself -ojo, dije calidad, no que sean idénticos-, del que mucha gente no tiene idea, y sólo los arqueólogos locos lo han encontrado. Éste álbum es catalogado como parte del movimiento Krautrock, junto a bandas como Tangerine Dream, Popol Vuh y Faust. Y justo me parece acertado el publicarlo en estos momentos feto de La defensa de Luzhin, pues comenzaré a crear secciones. Y ésta, obviamente, es la del maravilloso Krautrock. Bueno, que cabe mencionar que tiene un sonido más típico inglés, gracias a Hensley, pero aún así se le considera parte del espectro krautrock a Weed.

Creadores de Weed fueron miembros del grupo prog Virus como Werner Monka a la guitarra, Bernd Hohmann con la flauta y aportando vocales, Reinhold Spiegelfeld al bajo, y dos músicos que no pude rastrear, Rainer Schnelle al teclado y Peet Becker como baterista. Y finalmente se agregó la pieza final, la reina que el tablero de ajedrez necesitaba, el brujo del progresivo, Ken Hensley, como vocalista, guitarrista y tecladista principal. Incluso leí por ahí que él fue el que hizo prácticamente todo, a excepción de la batería y el trabajo de bajo. Y obviamente, confirmado por el sonido y estética de las canciones, el fue el compositor de éstas. Pero los créditos de las canciones se le dieron al promotor de conciertos Bobo Albes, por alguna extraña razón.

Creo la portada es algo que también se debe destacar. Una middle-aged woman de los cincuentas, con un físico... ¿cómo decirle sin ofender? Digamos que muy poco sofisticado, con maquillaje de ojos exagerado, y ofreciéndonos una marihuana bastante cuestionable, pues parece pasto. Es una portada bastante antiestética, pero llamativa por sus colores y por su extrañeza. 

Para dar un vistazo sobre las seis pistas que se nos ponen en la mesa -llena de María, por supuesto-, vayamos una a una brevemente, como suelo hacer.
Los instrumentos en un estruendo nos dan la bienvenida a un pedazo de canción nada menos que el puro estilo blues rock, maravillosa. Me refiero a Sweet Morning Light, una canción con un riff maravilloso, acompañado por un trabajo del teclado también maravilloso. Y cabe destacar lo bueno de las vocales de Ken durante todo el LP. Otro punto a favor. Pero, hablando de las vocales de Ken y en general de lo maravilloso del álbum, fue la segunda pista la que me declaró fan: Lonely Ship, increíble balada que transmite muchísimo sentimiento. Sin palabras, sólo escuchadla y verán lo que digo. La tercer pieza, que también me parece bellísima, inicia con puro y duro piano. Aunque ni tan duro, pues no hay manera casi de escuchar lo que toca. Ni en audífonos y mucho menos en bocinas ambientales. Hasta que están por entrar los demás instrumentos, el piano apenas se va escuchando y bam, entraron los teclados, densos, seguidos por un riff ácidamente psicodélico. Saben que yo casi nunca comento el aspecto lírico, pues a pesar de que me importa, se me hace lo último de lo que darse cuenta cuando uno escucha éstas joyas. Bueno, pues, me parece preciosa la labor lírica que hizo Hensley. Lo mismo me pasaría con Before I die, pero ahorita vamos a esa. Sigamos en orden, con Slowin' Down, canción cargada de tintes blueseros, groovie a más no poder. A pesar de que me encanta, creo sería la que menos me ha 'impactado', por decirle de un modo, de todo el álbum. Pero, retomando Before I die, una clase de balada con aura melancólica. La canción acaba en un fade-out, mientras Hensley se vuelve loco en los teclados. Muy bonita canción, qué más os puedo comentar. El álbum finaliza con la pieza más larga de éste, homónima al grupo y al álbum, Weed, un track instrumental. La guitarra no para, se vuelve loca. Y nada más fijaos en el riff del bajo. Otra canción buenísima, desfilando como un glorioso final.
En mi opinión, las mejores canciones del álbum son las tres primeras. Sin duda. Pero las tres que les siguen, también son bellas, sólo un punto por debajo.
Vamos, que como os dije, es un Uriah Heep 2.0. O un poco Deep Purple también. Bueno, que si os gusta el blues rock, con influencia progresiva y duelos guitarra-teclado, éste álbum es para su colección.


Debo mencionar que, como toda la música que hay y habrá en La defensa de Luzhin, muy a pesar de ser supuestamente para el 4:20, no es un requerimiento para su disfrute. Eh, que yo no consumo nada. Más que muchas margaritas y cervezas. Pero a María, no, no gracias. Me quedo muy alucinada -para bien- con la música sola, y con eso me basta.
Y bueno, lamentablemente tengo un día a día medio ocupado y tal vez en un mes estaré asistiendo mi primer semestre de carrera, o tal vez en medio año. No lo sé, y justo por esa incógnita, he decidido que, para mantenerme publicando casi a diario, sea lo que sea que pase, resumiré la información y cortaré un poco el rollo que echo en cada post. Cortarle la lengua al gato, para que deje de hablar tanto de prog y grupos rarillos. Tschüss. Les dejo el álbum entero mediante Youtube. Disfruten y no consuman drogas.


1. Sweet Morning Light
2. Lonely Ship
3. My Dream
4. Slowin' Down
 5. Before I Die
 6. Weed

No hay comentarios:

Publicar un comentario