Qué mejor manera de empezar un sitio de música que con los dioses británicos del doom metal, Cathedral. Además, con su debut, lanzado en 1991 por Earache Records, Forest of Equilibrium, el cual es uno de los clásicos modernos más destacables en el mundillo del metal, sea cual sea el subgénero. Además, es un pilar para el doom que posteriormente se iba a escribir y tocar, pues Candlemass estaba muy clavado en lo épico, Trouble comenzaba a incorporar elementos groovies en su discografía y el resto de grupos de doom metal intentaban recrear lo que Sabbath había hecho, como una suerte de espejo. Obviamente que Cathedral eran seguidores enamoradísimos de Sabbath, pero fueron quienes llevaron las distorsiones a un nuevo nivel, más lentas, mucho más lentas. Más doom.
Comenzando por ellos, Cathedral, cabe mencionar que son de las poquísimas bandas que, hasta su separación en 2013, -como unos reyes saliendo de escena, mirándonos desde lo alto-, sacaron puro material de extrema calidad, sublime. Ninguna canción es mala, ninguna resultó existir para servir de relleno en algún álbum. Todas son obras maestras en su extrañeza y estilo.
Cathedral se formó en 1990 por Lee Dorrian, después de salirse del icónico Napalm Death, donde grabó, por mencionar algunos, el EP 'Mentally Murdered' y el LP 'From Enslavement to Obliteration', uniéndose a él los guitarristas Adam Lehan y Gazz Jennings, ambos proveninentes de la banda de thrash metal Acid Reign, Mark Griffiths de Year Zero en el bajo y Mike Smail a la batería. Su idea era crear el grupo más lento, en un momento donde la escena metalera estaba enfocada en grupos como Entombed, el ya mencionado Napalm Death, Carcass y en el black metal. Esto como una forma de rebeldía y para ofrecer algo fresco.
El intro del álbum, Picture of Beauty & Innocence, resulta ser una amistosa bienvenida, adentrándose uno al bosque con aparentes esperanzas de que lo que te espera ahí dentro, en la obscuridad, no te llevará a tu perdición. La siguiente canción, Commiserating the Celebration, nos abraza con un riff espeso, dándonos a entender que el bosque en el que nos hemos adentrado tendrá la atmósfera más asfixiante, llena de desesperación. La voz de Dorrian es muy distinta a los guturales en Napalm Death. Tanto así que no recurre a éstos, mas su manera de cantar resulta ser de las más originales que jamás se haya escuchado. Los tintes fúnebres de Serpent Eve son seguidos por la semi psicodélica Soul Sacrifice, que se nos presenta un poco más rápida que el resto de piezas musicales. A Funeral Request, es, personalmente, mi canción preferida del álbum. Digo, pensando en tener que escoger una. Equilibrium nos lleva posteriormente a lo más profundo de la tierra. Y, finalmente Reaching Happines, Touching Pain, la cual inicia con una vibra muy primitiva, con una flauta a la Ian Anderson, me lleva a un lugar muy inquietante espiritualmente. Esta es de las pocas canciones que puedo decir que me provoca cierto miedo, y evito escuchar si ando de llorica sola en mi casa. Es una canción densa, que transmite desesperación y dolor, fiel a lo que indica su título. Y así termina lo que sería un álbum jamás igualado, el más singular y trascendente de la historia del doom.
Siendo ejemplo a seguir de muchas bandas actuales, Cathedral es de los primeros grupos que he descubierto que hacían mezcla de todo un poco dentro de su mismo subgénero, decorando sus canciones con pequeños pero preciosos detalles, como sutiles cambios, destiempos, ritmos diferentes y peculiares, solos de guitarra por aquí y por allá, todo esto destelleando sobre los riffs más rebosantes, más pesados y más densos que jamás hayamos escuchado. Y esto sólo se aumenta en los discos que venían cocinándose en la mente de nuestro querido Dorrian.
Aquí les dejo el video del álbum y su lista de canciones.
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